Miguel Urbano Rodrigues es
escritor, periodista e historiador. Nació en 1925 en Moura, Portugal.
Vivió exiliado durante veinte años en Brasil, entre las décadas de 1950 y
1970. Sus colaboraciones han sido publicadas en periódicos y revistas
de más de veinte países de América Latina y Europa. Es autor de más de
una decena de libros. Ha sido parlamentario por el PCP (Partido Comunista Portugués) en la Asamblea de la República Portuguesa y en el Consejo de Europa.
Este artículo es el primero de una serie sobre Grecia publicada en el mes de junio en varios medios alternativos españoles. Los otros dos se pueden leer en los siguientes enlaces:
Atenas revisitada (II). Grecia mártir, heroica, humanizada
Atenas revisitada (Conclusión). Un gran pueblo y su herencia
Por Miguel Urbano Rodrigues. Tomado de la página web de Red Roja
Los dirigentes de las principales
potencias de la Unión Europea y los medios controlados por el capital
proyectan una imagen de Grecia groseramente deformada.
Al caracterizar la crisis empiezan por
ocultar que los préstamos concedidos a Grecia se destinaron a financiar
al gran capital en el ámbito de la estrategia de la UE.
Al contrario de lo que amplios sectores
sociales admitieron, el gobierno Syriza-Anel fue bien recibido por las
organizaciones y representantes del mundo empresarial.
La coalición de Syriza con el Anel
-partido nacionalista xenófobo- se formó en pocas horas porque existía
un acuerdo previo. Es significativo que la Federación Helénica de
Empresas y el director general de Businesseurope felicitaron a Alexis
Tsipras después de su nombramiento como primer ministro.
Las líneas generales de la política
capituladora del nuevo gobierno fueron trazadas previamente, pero
Tsipras y su ministro de Economía, Varoufakis, se esforzaron
inicialmente por transmitir al mundo la imagen de un gobierno de
izquierda decidido a emprender reformas progresistas en ruptura con la
política de Nueva Democracia y PASOK, que atendiesen a aspiraciones del
pueblo.
Confundir a las masas fue objetivo
prioritario. Acompañando una lluvia de promesas, el gobierno creó un
lenguaje engañador. El memorando pasó a llamarse «acuerdo –puente», la
troika «grupo de Bruselas», las privatizaciones «colaboraciones».
HIPOCRESIA Y VASALLAJE
El éxito electoral de Syriza el 25 de
enero fue consecuencia del profundo descontento popular. El pueblo votó
contra la política de Nueva Democracia-PASOK que había arruinado el
país, reducido a la pobreza y la miseria a millones de trabajadores,
invocando la competitividad y la rentabilidad del capital.
En un contexto en que el desempleo había
llegado al 26, 8%, Syriza hizo promesas que prácticamente no superaban
políticas asistencialistas similares a las aplicadas por otros gobiernos
burgueses, inclusive los de PASOK y la Nueva Democracia para la gestión
de la pobreza extrema y de la miseria absoluta. No tenia sin embargo la
intención de respetarlas como quedó demostrado.
Prometió concretamente restablecer el
salario mínimo en 751 euros, pero lo mantuvo en 580 euros. Afirmó que
reduciría drásticamente el IVA, pero olvidó rápidamente la promesa; y
después negoció su aumento. La condena frontal de la «austeridad» cedió
lugar a una «austeridad suave»
Transcurridas pocas semanas, fue aún más
transparente que el gobierno Syriza-Anel se proponía a dar continuidad a
una política capitalista totalmente alineada con la estrategia y las
políticas de la Unión Europea.
Afirma ahora sin pudor que Grecia pagará integralmente su gigantesca deuda externa de 374 mil millones de euros, de la que el pueblo griego no es en absoluto responsable.
La lentitud de las
negociaciones con Bruselas no debe generar ilusiones. Como ambas partes
deseaban, acabaron por llegar a un acuerdo. Según Varoufakis, éste será firmando al final de junio. Pero la enormidad de las concesiones fue tan grande que en la ultima reunión del comité central de su partido, el 44% de sus miembros criticó el acuerdo.
Para favorecer a los grupos monopolistas
y a los patrones en general, el gobierno precisa realizar tímidas
reformas en las áreas de política fiscal y monetaria. Las
contradicciones existentes en la Unión Europea y en sus relaciones con
EEUU tenían inevitablemente que pesar en el dialogo del gobernó de
Tsipras con las potencias imperialistas.
No hay que olvidar que Washington
disputa a Alemania la hegemonía en Europa y hace todo lo posible para
sabotear las relaciones económicas del gobierno de Angela Merkel con
Rusia.
El alejamiento de Varoufakis como
«negociador» fue tema de interpretaciones fantasiosas. En realidad, esa
decisión no tuvo motivaciones ideológicas, fue resultado de su
personalidad y estilo.
Varoufakis fue profesor de una universidad norte-americana y es un keynesiano defensor del capitalismo y de mejorar las relaciones con EEUU. Declaró enfáticamente que está de acuerdo con un 70% del Memorando impuesto por la troika.
El «Acuerdo del 20 febrero», negociado
con el Eurogrupo, prorrogó la validez del Memorando. El gobierno Syriza
–Anel mantuvo todos los compromisos del gobierno de Samaras y los
anteriores. Y abrió la puerta a nuevas medidas antipopulares: aumento de
impuestos, privatizaciones de infraestructuras estratégicas, recortes
en sectores sociales (salud, educación y seguridad social), en salarios
de la función publica, y concesión de beneficios fiscales a grandes
grupos económicos, etc.
La privatización del puerto de Pireo
será intensificada con aumento del control privado hasta el 51%, así
como otras estructuras portuarias y 14 aeropuertos regionales.
Desde luego la Nueva Democracia, el
PASOK y el Potami se apresuraron a declarar que votarán por el «Acuerdo
del 20 de febrero» si es sometido al Parlamento y expresaron su
disponibilidad para aprobar cualquier acuerdo que mantenga a Grecia en
la Eurozona.
MAYOR INTEGRACIÓN EN LA OTAN
El gobierno Syriza-Anel afirma que
pretende mejorar las relaciones con EEUU y con la OTAN, instrumento
militar de su estrategia de dominación planetaria.
El ministro de Defensa (político de
extrema derecha) defiende una profunda cooperación con Israel. Al
visitar EEUU sugirió una explotación conjunta de los recursos
energéticos del Mar Egeo.
El gobierno coligado creó condiciones
para la intensificación de maniobras de la OTAN en el país, ampliando la
cooperación con las bases militares de la organización en el territorio
nacional. El ministro de Defensa propone incluso la instalación de una
nueva base militar de la OTAN en la isla de Karpathos.
Pese a la asfixia financiera del país,
el gobierno de Tsipras aprobó una cuantía de 500 millones de dólares
para modernización de aviones Lockheed, obsoletos, destinados a misiones
de vigilancia de la OTAN en el sureste de Mediterráneo.
Exhibiendo sus contradicciones, discrepó
primero de la imposición de nuevas sanciones a Rusia, pero
posteriormente las aprobó. Aceptó también participar en la escalada
militar en el Medio Oriente invocando como justificación «la protección
de los cristianos» contra el llamado Estado Islámico.
Se amplían las
relaciones con el estado terrorista de Israel que asumen el perfil de
una alianza estratégica. En los primeros días del actual gobierno, el
ministro de Defensa sugirió la creación de un «espacio común de defensa»
que incluya a Chipre e Israel.
Grecia se encuentra cada vez más
involucrada en los proyectos agresivos del imperialismo para la región y
por lo tanto cada vez más expuesta a los peligros inseparables de esa
política.
Es en ese contexto en el que el capital
griego ve sus relaciones con otras potencias capitalistas. La visita de
Tsipras a Moscú se insertó en ese cuadro.
IRREDUTIBLE OPOSICIÓN DEL KKE
La dirección del KKE [Partido Comunista
Griego] declaró desde el inicio de la campaña electoral que no aceptaría
en ninguna circunstancia participar en un gobierno burgués.
El Partido Comunista es consciente de la dificultad de su posición.
El hecho de que Synapismos, el núcleo del actual Syriza. estuviera
formado por disidentes del KKE contribuyó a que los grandes medios
internacionales presentasen el partido de Tsipras como una fuerza
política radical, incluso revolucionaria. El apoyo al gobierno Syriza -
Anel del Partido de la Izquierda Europea (creado para desmovilizar la
clase obrera), de partidos comunistas reformistas como el PCF y el PCE, y
de la social democracia europea en general, también generó alguna
confusión.
El KKE cumple un papel insustituible en la organización de la lucha contra las medidas antipopulares del actual gobierno.
La votación del proyecto de ley que el
KKE sometió al Parlamento proponiendo la abolición inmediata del
Memorando y de las leyes antipopulares ha sido aplazada. Pero será
seguramente derrotado por la mayoría.
El control del Legislativo por Syriza
-que ha recibido el apoyo transparente de la burguesía- no impide la
ascensión de la lucha de masas.
Syriza, con su populismo demagógico,
continúa confundiendo a amplios sectores sociales. Pero su máscara
presenta cada vez más huecos.
En el momento en el que escribo esto se
multiplican en toda Grecia las manifestaciones y huelgas. El éxito de
las manifestaciones del Primer de Mayo iluminó bien la actitud de miles
de trabajadores ante una política clasista favorable al gran capital.
Para los días 11 y 23 de junio fueron ya convocadas por el PAME –el
frente de trabajadores y organizaciones sindicales en el cual el KKE
tiene un papel fundamental– grandes manifestaciones.
El capitalismo no tiene soluciones para
su crisis estructural. Está condenado a desaparecer y la única
alternativa es el socialismo.
El KKE no ignora que en el actual
contexto europeo y mundial la agonía de este monstruoso sistema de
explotación será probablemente lenta. Pero como partido revolucionario
marxista-leninista su estrategia no se elabora en función de un
calendario para la toma del poder.
Los comunistas griegos no excluyen la
posibilidad de una agudización de las contradicciones y los
antagonismos, situación esa que podría llevar a una guerra imperialista
en la región.
De dirigentes del KKE escuché repetidas veces la afirmación de que está preparado para «todas las eventualidades».
** Traducción revisada por Red Roja